Yo la Luna. Tú el Sol.

Ella, es una mujer que ocasionalmente se pierde en preguntas sin respuestas, ella es así, una mujer creadora de sueños, intuye de su imperfección, pero la fe es su fuerza para entender que puede amar y ser amada, es así, una mujer que contiene la magia de los deseos, y cuando siente dolor en el alma se encierra en su coraza, ella es así, una mujer que ansía, que sufre, que se apasiona y que huye, es así de incondicional con la gente que ama, sin arrepentimientos por lo que ha vivido, porque la hacen quien es, ni mejor ni peor, sólo soñadora, sabe que cuando se ama, se entrega el alma. Quisiera que siempre recuerden, que cuando ésta mujer ama, lo hace con su corazón, con entrega, con fuerza incontrolable, sin la reserva de la duda y con el alma desnuda.
Se me ha dado por reconocer que más allá de tus ojos color miel, existe un poema infinito de hermosas notas musicales, que engalanan tu delgada silueta con colores angelicales, visibles a todas las miradas.
Más allá de tu mirada, hay una aurora boreal donde se funde un universo paradisiaco, tan mío, tan tuyo, tan nuestro... Hay dos almas que se enredan. Yo la Luna. Tú el Sol, tan únicos pero iguales, con los mismos gustos, el mismo pensar, las mismas partes indivisibles el uno del otro. Más allá de tus ojos no hay horas, no hay tiempo, no hay distancia, tan solo hay amor.



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