No quisiera tenerla junto a mí en cada momento, me conformaría que me tuviera un ratito de su vida. No busco que su vida gire entorno a mí, aunque sí quisiera ser su primer pensamiento al despertar... Al acostarse ¡Nunca! Porque espero estar ahí, junto a ella, en el último parpadeo de su día. Que sí sueña conmigo, le pareciese mediocre, comparada a nuestra realidad vivida.
Quisiera que no le importe que la haga esperar, y que siempre esté segura, que en cualquier sitio en el que me encuentre, le dedicaré tres minutos de pensamiento, nunca más de tres, porque entonces mi vida ya no sería vida. Ya pasé por ello, y el querer mucho, nunca salew bien.
Aunque, es difícil querer en cierta medida a alguien, puesto que se llega a un punto, donde el amor se vuelve obsesión, queremos ser dueños de esa persona. Cuando no hay nada más bonito que esa persona pueda elegir... Y que siempre te elija a ti.
¿Encontraré a alguien así?
Me gusta cuando me dicen: ¡Voy a verte! Porque cuando me dicen: “Tengo ganas de verte” ...¿De qué sirven las ganas? Y es que no me fío de las personas que sólo hablan, y no cumplen su palabra. Si te extraña, ¡Te busca! Si te quiere, ¡Te lo demuestra! Si te duele, ¡Gritas! Si te busca, ¡Le interesas! Y, si se aleja ¡Pues, se deja!... Así de simple.
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