martes, 27 de diciembre de 2016
Vuelve Cuando Quieras.
La felicidad está al alcance de todos y de todas las circunstancias.
Tú eliges el papel que quieres en la "Película de tu Vida", tú eliges ser el protagonista y el principal responsable de tu felicidad o el actor secundario, que depende del resto. Tú decides si eres una víctima o un héroe. Recuérdate que no existe un manual de la Vida, que el libro de instrucciones lo escribimos cada uno de nosotros, y que seguramente nunca vaya a salir a la venta, porque con cada experiencia, nuestro libro se va reeditando.
Así que reserva un espacio en tu burbuja de alegría, para quien sepa entrar en ella alimentándola de esperanzas, y no de frustraciones.
...Pienso que es demadiado tarde.
Cariño, me cansé de raspar los cristales de aquellas ventanas que no dan a ningún sitio. Es tarde, no me acostumbré a recoger los trozos que dejó la última persona que me dijo "Te Quiero". Mira, ¡Lo ves! Hay miles y mejores que yo allí fuera, e inclusive con mejores convicciones que las que me cobijan. Yo no soy buena opción si quieres que el amor sea lo mejor que te pase en la vida. Yo puedo quererte una noche, o todas las que quieras, olvidarme hasta de tu nombre, para luego ir a buscarme en la barra donde me atiende la tristeza de siempre, junto a una soledad que me conoce mejor que nadie. ¡Mírame! Mírame a los ojos.
Ya no saben ver más que una casualidad inmensamente triste, no ven a nadie que quisiera quedarse conmigo. Ya no brillan con cualquier persona. Y no creo que seas tú, "ese alguien" dispuesta a sobre volar mis límites, ni encender mi mecha interior, esa esperanza que perdió el sentido hace tiempo... Pero, por si te interesa y crees ser capaz de afrontar las consecuencias de este accidente, yo sigo viviendo en el último piso de un edificio en el que no vive nadie, excepto recuerdos y nostalgia. Y si vas a venir, abre la puerta en silencio, acércate caminando con sigilo, no vaya a ser que tu presencia llame demasiado la atención, y despierte algunas cicatrices a las que le es difícil conciliar el sueño. Y entonces, quizá, yo me acerque a ti y te diga al oído: "Ni tú eres lo que busco, ni yo puedo darte lo que esperas, pero podemos olvidarnos de todo eso por esta noche... si quieres."
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