viernes, 30 de diciembre de 2016
Historia Sin Fin
Hace 300 años... Ya andábamos mirando las estrellas, caminando de la mano bajo el cobijo de su luz, era otro tiempo, otra época, otro espacio, otro mundo... lo malo que siempre habían despedidas de por medio. La piel se nos marchitaba, la luz se iba de nuestros ojos, el cansancio nos invadía y el final nos atrapaba. Sin embargo, habíamos vivido de todo, tristezas, alegrías, nacimientos, pérdidas, ilusiones... pero tu alma y la mía nunca podían separarse, mucho menos olvidarse, destinados estaban a reencontrarse una y otra vez, condenados ha amarse nuevamente como si fuera por primera vez... Hoy, 300 años después nos reencontramos en otros cuerpos, en otras vidas, ésta vez fué larga la espera, pero nos reconocimos, desde el primer instante que se juntaron tu aroma y el mío, a pesar de la multitud, nos sentimos el espíritu... Ahora, es como si vivimos/morimos, cumpliendo ciclos, vagamos por el mundo en épocas y vidas, aunque otra vez pasará, otra vez viviremos este amor y nuevamente nos juraremos y pactaremos nuestro próximo reencuentro... Quizá, otros 300 años pasarán, para que nuestras almas tengan una nueva oportunidad de amarse, aunque ahora, tristemente volverán a separarse.
No existe ninguna historia de amor real en el mundo, que tenga un final feliz.
Porque si es Amor, nunca tendré final ...y sí lo tiene, nunca será feliz.
¿De qué sirve el encuentro de dos almas si se sienten atrapados en la realidad de sus cuerpos?
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