viernes, 30 de diciembre de 2016

Corazón de un Cuento Roto


Han sido unos días pésimos, que ingenuamente coloco mi mano izquierda sobre mi pecho, y lo aprieto con fuerza, para intentar no sentir frío... Pero luego me doy cuenta, que tiemblo aún más. Mi corazón parece haber crecido en estos días, y mi mano ya no es tan grande para cubrirlo, pienso que en cualquier momento me dará un calambre. Tal vez sea tristeza. Quizá me he vuelto melancólico, que todo me parece trágicamete enorme...
Enorme como la cama dónde no te tengo, enorme como la distancia en la que estás, enormes las ganas de abrir los brazos y que te perdieses en mí... Soy tan ingenuo en pensar que volverás y que mi corazón se abrigue con mis simples manos, cuando lo que necesita, es un abrigo de caricias tejido por tus dedos, y una bufanda de tus besos, para taparme en noches como ésta...
¡Donde me faltas!... ¡Donde me dueles!
No quisiera que me extrañes como algo que duele, sino como algo que te llena.
Porque no soy algo que te falta, soy algo que tú tienes. Sí, justo ahí, impregnado en medio de tu alma, y que siempre, siempre de algún modo u otro... tendrás.

He llegado al momento más álgido de mi asfixia, ahora pienso que las historias no se escriben solas, que necesito de caricias para empezarlas a escribir. Que no todas empiezan con "Había una vez..." Ni terminan con un... "Felices para siempre". Ahora sé que algunas jamás pasarán del prólogo, y que un "Adiós" no siempre es el punto final.
También sé, que algunas las terminas de escribir con lágrimas, las vuelves a leer y releer, sin saber que otra vez te harán llorar... Que la historia comienza con un sueño, por lo tanto, jamás deberíamos dejar de soñar.



AudioRelato [Corazón de un Cuento Roto] ►goo.gl/oyg911
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