Memorias

¿Desean conocerme? …Verán, soy como un libro, sí, un libro aparentemente aburrido. Fácil de echar a un lado, el que no te das cuenta si está o no ahí. Pero una vez que lo abres… descubres que cada página esconde un secreto. Desde luego, no soy como pensabas, porque resulta que soy mucho mejor de lo que las personas querían echar por tierra. Que tengo magia, que tengo imaginación, que estoy lleno de inspiración, lleno de acertijos y sentimientos… lleno de misterios. Pero nunca lo sabrán, porque soy esa clase de libros …que nadie lee.
Les contaré una pequeña historia, la de un tonto que entregaba sonrisas como flores, recibiendo distancia día a día, efímeros soportes que desaparecían. Aquel tonto que tras ver que lo usaban, entendió que partirse la boca al hacerla feliz no firmaría la melodía de su media sonrisa, o aquello que el "Carpe Diem" tenía un maldito límite. Les contaré la historia de ese idiota, que tropezaba, caía, se levantaba... creía que en el abismo no lo soltarían, pues sí, hacia allá le arrojarían, muy abajo y hundido permanecería. Pero aún así, cogía su sombrero y volvía de nuevo al ruedo. Él, era rematadamente idiota, y se encontró plasmado entre cuatro dimensiones, sin salidas, ni señales que indicasen una posible huida. 
La estúpida historia de un chico que se escondía entre sollozos suspiros, entre engaños y mentiras, simples poemas de media noche, con versos y rimas. Aquel, que a base de palabras desencadenadas, encadenaba su poesía a la libertad de su papel. Él, un valiente y cobarde joven poeta, escribiendo en tercera persona su miserable historia.
Yo era la persona que te hacía flaquear las piernas, te demostré que la taquicardia se podía sentir a diario y no morir. Que las ojeras salen por exceso de amor y muchas pláticas nocturnas, que se podía dormir pensando en alguien, y que por la mañana el pensamiento seguiría intacto… Que la luna siempre es bonita, pero si la ves enamorada, se ve mejor.
Era aquella persona que te demostró que el amor cura, y que no hay nada que no se solucione con unos besos y un caluroso abrazo. Y fue conmigo que entendiste, que a veces las mejores historias se escriben por separado, y que los finales felices sí existen, aun cuando tú y yo, ya no estemos juntos.


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